Cuando la gente piensa en mejorar la educación, por lo general piensan en contratar mejores maestros, aumentar el financiamiento y comprar nuevos útiles escolares. Sin embargo, para la comunidad de Nicajá, en el municipio de Momostenango, Totonicapán, mejorar la educación no se trata sólo de pedagogía y lápices – se trata de abordar el suministro de agua poco fiable de la escuela durante el horario escolar.
Esta era una prioridad definida por la comunidad en su Plan de Desarrollo Comunitario (PDC) y que se hizo más relevante con la llegada de COVID-19.
En octubre, el Proyecto Comunidades Liderando su Desarrollo (CLD) de USAID respondió rehabilitando un sistema de agua con un costo total de más de $23,500 USD, llevando agua limpia a más de 300 niños de la escuela. “Este es un gran proyecto porque nuestros hijos necesitan practicar una higiene adecuada, especialmente ahora con COVID-19; ellos pueden pasar sin un lápiz, pero no sin agua” – Santos López, beneficiario.
Los padres se consuelan sabiendo que los niños serán recibidos con una escuela con agua limpia, lo que hace factible que los niños sigan las recomendaciones de higiene para evitar la propagación de la COVID-19.
Las iniciativas de agua de USAID ayudan a las comunidades a ser más resilientes a la crisis de la COVID-19 y permiten su camino hacia el desarrollo.
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